A un año del ‘incidente’ – Photoshop, body shame y crecimiento personal

Ha pasado exactamente un año desde que un héroe sin capa decidió photoshopear una foto mía sin autorización y mandar a imprenta la Revista Nueva Mujer. Recuerdo estar despertando en Montevideo, verla en la sección Street Style y encontrarme un tanto distinta. Busqué la foto original e hice la comparación, “¡no mames, me hicieron photoshop!”.

Estaba entre enojada, indignada y cagada de la risa. ¿Cómo es posible que hagan eso? ¿En qué momento se volvió viable editar el cuerpo de una lectora de la revista? Compartí la fotografía comparativa y el siguiente texto. Hicimos check out a las 12 y tomamos un barco hacia Buenos Aires.

Qué vergüenza encontrarse con esta falta de respeto a estas alturas del partido. La publicación @revistanuevamujer de @publimetrochile tuvo el descaro de profanar mi cuerpo para poder publicar uno de mis looks en su sección #streetstyle – Claro que si no era talla S no era apta para ellos 😂😂 Gracias a estas modificaciones es que las personas tienen tantos problemas de autoestima e imagen. La Luisa de la izquierda llora de decepción al ver que los medios siguen sin avanzar. Espero que los que vean esto piensen antes de modificar a alguien sin su permiso, que aprendan a respetar a los demás. La Luisa de la derecha les dice que nunca dejen que alguien haga que se sientan diferente por su cuerpo y menos permitan que lo modifiquen para encajar en algún lado. Respeta tu cuerpo, ámalo y defiéndelo. #AmoQuienSoy

A post shared by Golden Strokes by Luisa Verdee (@golden_strokes) on Feb 16, 2016 at 5:25am PST

Como estaba de vacaciones no tuve internet por 8 horas y cuando llegamos al hotel en BsAs. ya se había vuelto viral en Chile; me llegaron muchísimos likes, seguidores, mensajes y comentarios. Compartieron la historia en medios nacionales, incluso por la televisión y hasta me llamaron a entrevistas.

Por su parte, la Revista Nueva Mujer Chile me envió mensajes e intercambiamos mails, se disculparon y como “compensación” me ofrecieron espacio para escribir una columna y adiós niñita gorda. Se olvidaron por completo de mí, hicieron actividades y columnas con otras bloggers (todas de la misma pinta, talla y color de piel, por cierto) y desde entonces en todas sus portadas han seguido usando photoshop y perpetuando la imagen delgada de la mujer. Así que para mí quedó claro, no se trató de un error, simplemente no cumplía con sus estándares.

Debo confesar que una pequeña parte de mi pensó que podría lograr un cambio en el medio, pero claramente no fue así. Me llamaron a entrevista en Mañaneros La Red y me hicieron un par de ‘cuñas’ en Intrusos, las cuales nunca vieron la luz porque se han de haber dado cuenta que no estaba en búsqueda de polémica, sino de crear conciencia y abrir camino al team #curvy. A veces pienso que pude haber aprovechado mejor la oportunidad y volverme la Mexicana Polémica de la TV Chilena -hahaha.

Me tomó un poco aceptarlo y estar conforme con ello, pero el cambio de a poco llegó donde necesitaba llegar: a muchas chicas que creían que no valían lo suficiente por su peso o que tenían que cambiar su cuerpo sólo para agradarle a la sociedad. 

Body Shame y cambios internos

Recibí mucho apoyo y amor, pero también muchos comentarios sobre mi cuerpo y me encontré por primera vez después de 5 años siendo blogger con hate y body shaming. Algunas personas decían que me habían hecho un favor con el photoshop, otros que me iba a morir de colesterol o por mis problemas del hígado y a unos cuantos les daba ‘asco’ mi talla.

Lidiar con eso no fue tan difícil, porque nunca he sido insegura sobre mi aspecto, pero no quiero ni imaginar qué hubiera pasado con una chica que tuviera problemas con su imagen. Lo que me costó fue entender cómo es que hay gente con tanta malicia y pocas cosas que hacer. También tuve muchas batallas internas en torno a llamarme o no plus-size blogger, lo cual nunca hice, ya que etiquetarme en base a mi talla se me hace estúpido e innecesario. Como dice Juanga “lo que se ve, no se pregunta”.

Todo esto me ayudó a encaminar mejor mi proyecto y me dio la oportunidad enviar un mensaje que en verdad no tenía muy definido hasta que pasó el incidente. Ahí reforcé mi ideal de no vender mi imagen ni proyectar una vida falsa y no sentir la necesidad de aprobación de nadie.

Si bien no logré el cambio soñado en cuanto a nuestra imagen en los medios chilenos, logré crear una comunidad en torno al amor propio y la libertad de ser. Cada vez que comparto un outfit no espero que me digan ‘regia, guapa o bonita’, yo busco que al menos un chica pueda inspirarse y que me cuente su experiencia feliz mientras usa un bikini talla 48 o que se atreva a usar un crop top con una sonrisa gigante en su cara y se olvide del número.

Lamentablemente en Chile existe un clasismo impactante, las bloggers más conocidas y “amadas” tienen la misma figura, cabello claro y nada de rollos o celulitis. Incluso hace unos días en ‘La Gala de Viña del Mar’, de los 100 que desfilaron la alfombra roja, menos del 5% no era talla S. Y ni hablar de las bloggers que sueñan con entrar a ese grupo y siguen vendiendo la imagen de mujer photoshop con vida perfecta y cuerpo de maniquí. Pero ya hablaremos en otra ocasión de mi percepción del mundo fblogger en Chile.

Si se han dado cuenta, nunca le doy importancia a la talla, porque cuando entren a leer acá quiero que sientan que todo es normal. No estoy haciendo nada en especial o fuera de lo común, solo soy una mujer más jugando con su estilo, intentando cosas nuevas y escribiendo en internet.

Más allá de querer armar una comunidad plus size, busco crear un espacio donde compartir la moda con chicas que, como yo, no vean las etiquetas de la ropa, les guste vestirse bien, andar cómodas y quitarse los tapujos sociales. Que nos deje de importar la talla, para eso vayan al nutri mejor. Vivamos la moda libremente y disfrutemos de ella, ¿quién dice yo?

Recuerda seguirme en instagram para ver un poco de mi día y conocernos mejor.

xo,
Luisa Verdee.